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febrero 16, 2018

Vivienda de Emergencia Progresiva: la primera etapa que cambia la cara de la reconstrucción

Con el objetivo de reducir los tiempos del proceso de reconstrucción se ha concebido una vivienda de emergencia diseñada para ser ampliada y convertirse en solución definitiva lo antes posible. Desde su primera etapa cuenta con más metros cuadrados, aislación térmica, conexión a agua potable, alcantarillado y electricidad.

Durante los cuatro últimos años han ocurrido el 43% de los desastres naturales de los que tenemos registro desde 1960. Enfrentar las emergencias se ha convertido en un eje prioritario del Gobierno de Michelle Bachelet, y mejorar las soluciones de habitabilidad transitoria que se entregan a los damnificados es una tarea en constante evolución.

Cuando pensamos en una vivienda de emergencia, la primera imagen que viene a la mente de los chilenos es una media agua de madera. Pero en un país constantemente expuesto a aluviones, terremotos, tsunamis, erupciones volcánicas y otros desastres, se ha vuelto imprescindible aprender de lo vivido, y por tanto cambiar la mirada respecto a la función que juega la vivienda de emergencia en los procesos de recuperación.

La experiencia ha demostrado que las soluciones transitorias como las medias aguas o las viviendas de emergencias actuales, son para las familias una medida de mediano o largo plazo. Mientras que para el Estado, al no ser soluciones que se integren como parte de las soluciones finales, están más cerca de ser un gasto que una inversión.

Acortar la reconstrucción para hacer más breve la espera de los afectados

En mayo de 2017, a causa de un evento hidrometeorológico en la región de Atacama se produjeron inundaciones por la crecida del río Copiapó y aluviones en diferentes zonas de la región, que afectaron una gran cantidad de viviendas. En respuesta a este evento, La Subsecretaría del Interior y el Ministerio de Vivienda y Urbanismo, en un esfuerzo conjunto decidieron iplementar una experiencia piloto con la nueva Vivienda de Emergencia Progresiva (VEP).

La solución se enfocó en acortar los tiempos de respuesta y costos involucrados tomando en cuenta casos de emergencias anteriores, pues la primera prioridad es acelerar la respuesta definitiva después de la emergencia.

Un cambio de paradigma

La Vivienda de Emergencia Progresiva es una solución de transición habitacional que está pensada para ser la primera etapa de la reconstrucción final de la vivienda afectada, ya que su diseño arquitectónico y constructivo permiten que las familias con un aporte del Estado (Subsidio MINVU) o con recursos propios puedan en corto plazo
construir lo restante.

Se proyectan 24 m2 habitables en una primera etapa sobre un radier de 56 m2, lo que permite luego a las familias ampliar sus casas hasta esa superficie o, con un segundo piso, hasta 84 m2. De esta forma, la Vivienda de Emergencia progresiva se convierte en un complemento de la solución definitiva, y una inversión del Estado a mediano y largo plazo.

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Vivienda de 24 m2 sobre radier de 56 m2

vivienda emergencia progresiva, ampliación 56m2

Vivienda ampliada a 56 m2

vivienda emergencia progresiva ampliacion 84 m2

Vivienda ampliada a 84 m2

Un radier de hormigón armado con no menos de 30 cm de altura es un elemento estructural que aporta aislación térmica y del suelo, junto a una sensación de estabilidad y seguridad para las familias. También ha demostrado ser un efectivo elemento de mitigación de riesgos, en particular en casos de inundaciones. En los casos pilotos se consideró un radier de 60 centímetros sobre el nivel del suelo, con la finalidad de evitar que se repita lo ya vivido.

La primera etapa de la Vivienda de Emergencia Progresiva cuenta con cocina y baño conectado a la red de agua potable y alcantarillado, un espacio común y conexión al sistema eléctrico. En muros y techumbre se utiliza sistema constructivo de acero liviano metalcon, con aislación térmica.

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Para que el esfuerzo de reconstrucción además sirva como estímulo a la economía local, el trabajo se encarga a constructoras de las zonas afectadas, en grupos de casas de no más de diez por empresa.

Se espera que la construcción de cada VEP en primera etapa dure aproximadamente 50 días, a un costo de 500 UF por casa. La segunda etapa de ampliación debe costar otras 500 UF, para un total de mil UF por solución definitiva.

En desastres socionaturales anteriores los tiempos de espera para la solución definitiva oscilaron entre los 20 y los 44 meses. Y la suma entre vivienda transitoria y vivienda definitiva superó las 1300 UF.

Además se identificaron varios elementos que resultan fundamentales para diseñar esta nueva solución:

  • Espacio igual o mayor a 24 m2 habitables
  • Conexión a electricidad, alcantarillado y agua potable
  • Calidad de los materiales que permitan mejor adaptación a la realidad local
  • Elementos estructurales que ayuden a mitigar posibles riesgos futuros

Para más información, lea en línea o descargue el documento (pdf, 9.2 MB) que describe el proceso completo de la creación de la VEP, así como su aplicación en las inundaciones de mayo de 2017 en la región de Atacama.